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La abominación asoladora

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Estudiemos la expresión “abominación asoladora” de Daniel 9:27 que es la misma “prevaricación asoladora” de Daniel 8:13 y que también encontramos en Daniel 11:31. El mismo Jesús evocó este concepto bíblico cuando dijo a sus discípulos “Por tanto, cuando veáis en el Lugar santo la abominación desoladora de la que habló el profeta Daniel –el que lee, entienda–, entonces los que estén en Judea, huyan a los montes”, Mateo 24:15-16).

Como lo vemos aquí, la abominación asoladora o, dicho de otra manera, la abominación que causa desolación, destrucción, es una señal para huir cuando se aproxime el tiempo de crisis final. De hecho, fue el elemento a tener en cuenta antes de arrasamiento de Jerusalén por parte de los ejércitos romanos en el año 70 d.C. Sigue leyendo

La mayor abominación: Ezequiel 8

la mayor abominacion

En el anterior artículo sobre la abominación desoladora vimos qué es lo abominable para Dios y qué es la interrupción del continuo. También cómo estos dos eventos están ligados al ataque al Santuario del Señor. Analizamos la importancia que tiene la abominación desoladora porque no solo la nombra Daniel tres veces (Daniel 8:13, 9:27 y 11:31) sino que Jesús mismo pone este evento para tener como referencia cuando sea el momento de la crisis final de este mundo: Mateo 24:15 “Por tanto, cuando viereis la abominación desoladora, que fue dicha por el profeta Daniel, que estará en el lugar santo (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes…” Sigue leyendo

Daniel capítulo 9, las 70 semanas

Daniel capítulo 9

Después del estudio profético de Daniel capítulo 8 y del análisis acerca de las 2300 tardes y mañanas, nos encontramos en Daniel capítulo 9 con una explicación que no parece ser la respuesta a una oración ofrecida. Daniel en su narración nos cuenta que él estaba orando al Señor en arrepentimiento y súplica por su pueblo para que se diera fin al período de 70 años del asolamiento de Jerusalén y la cautividad en Babilonia, descrito en Jeremías 25:11-12 y 29:10-12. Así transcurren los primeros 19 versículos, pero a partir del 20 aparece algo sorprendente: vuelve el ángel Gabriel y comienza a darle la explicación que queda inconclusa en el capítulo 8, la del período de 2300 años y la purificación del Santuario.

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