Hoy en día la condición del pueblo de Dios no difiere mucho de lo que ha sido en otros momentos de la historia en cuanto a rebeldía e idolatría se trata. Y hablamos del “pueblo de Dios” y no del mundo en general.
Tomando solo un pasaje del libro de Esdras podemos comparar nuestra situación con los cambios que debemos hacer a todo nivel si queremos de verdad transformarnos a imagen y semejanza de Jesús y prepararnos para su próxima venida. Sigue leyendo